De
pronto, estás aquí como entonces.
Siento
tu presencia quemando mis sueños,
y
no consigo adelantar un sólo día
sin
ese reproche. Eres un gesto mudo,
el
beso pendiente, la caricia esquiva.
Habitas
mi tiempo llenando de olvido
Me
descubres la cara oscura del tiempo
que
no es más que deseo insatisfecho;
deseos
talados a la raíz,
citas,
nombre, encuentros escurridizos
que
ahora vuelven como sangre envenenada.
Tú
eres el tiempo que me ahoga,
el
tiempo que me falta,
el
tiempo que fatiga tanta espera.
Y
una vez más me siento a tu sombra,
y
espero el milagro, la magia que oficias
con
seres perdidos que buscamos más luz.
Eres
el tiempo solo, sin mas;
eres
la magia cotidiana y sanadora
de
pobres de espíritu como yo;
eres
el tiempo que me ahoga,
el
tiempo que ya me sobra,
el
tiempo que no me hace falta...
Pero
me falta tu magia,
me
falta el milagro: tú entre mis brazos.
Pepe
García Resille
Más
madera
Sevilla,
30 de mayo de 2015