martes, 29 de diciembre de 2015

El ángel de la muerte




El ángel cruzó la pared en la madrugada alta,
en una mano traía mi corazón
y en la otra el peso de una pluma.
Sonreí al verle, y cuando oprimió mi corazón
contemplé mi vida como una luz dorada
que iluminaba la habitación.

Palpitante, pero ya seco, quedó
sobre su mano abierta.
Fuí hacia él y le entregué la pluma de la verdad:
la conciencia limpia de quien ha vivido
de acuerdo con su corazón.
Mientras tanto, mi corazón se había convertido
en polvo dorado,
brillante y ligero. El ángel sonreía.
Sopesó tranquilamente los restos de mi corazón
y aquella verdad, ligera como una pluma,
que acababa de darle.

“Eres afortunado” , sentenció el ángel,
“la verdad ha prevalecido”.
En ese instante, el médico entró en la habitación
desvaneciendo mi último sueño.
Por la ventana el aire fresco de la madrugada
movía una presencia, ligera, no contaminada,
sonriéndome mientras se elevaba al cielo
con mi último sueño.

Pepe García Resille
El ángel de la muerte
Sueños hospitalarios, Sevilla, 25 de septiembre de 2015.


martes, 3 de noviembre de 2015

No vuelvas

Un presagio, un latido oscuro,
detiene este deseo que me llevaría a tí.
Al calor de la noche, entre los últimos lamentos de la conciencia,
ha nacido este deseo que me consume de volver a verte.
Tú lo sabes, lo sabes desde el tiempo,
conoces mi corazón agitado y sombrío,
sabes de su experiencia amarga,
de su extravío entre las luces más oscuras...
Lo sabes, también yo comprendo tu distancia,
pero esta urgencia que me ha nacido hoy
no entiende de fechas ni naufragios.
Quiero verte, volver a verte,
necesito vencer la resistencia que me castiga
para que prestes oído a este corazón descontrolado.
Agitado, sombrío,
perdido entre promesas buscadas y no cumplidas,
así he salido en tu busca
con este presagio que me persigue.
Es un latido oscuro que paraliza el deseo,
y aún así quiero verte, volver a verte.
Pero un presagio me cierra el camino,
es tu voz diciendome no vuelvas,
no vuelvas, no vuelvas...

Pepe García Resille
Tiempos oscuros
Sevilla, a 3 de noviembre de 2015

martes, 13 de octubre de 2015

La hora sin fondo ni forma

Es la hora sin fondo ni forma, pero estoy contigo,
la hora de tu duda, del dolor incansable.
Pero estoy aquí, mis manos sujetan la piel
de tanto sueño vencido. Son tuyos,
como tu dolor, como la rabia que asomando a tus ojos
me interroga sin tregua ni cordura.
Sin fondo, no hay más que verte
para sentir en el alma el vacío anterior,
la nada perfecta que te habita desde el tiempo.
Ni forma, ahora tus manos aprietan las mias
y se preguntan por esta ausencia de siglos.
foto: JGR
Mía, sí, ausencia incansable y ahora culpable.
Lo sabes, lo vivías de forma oscura,
pero ya es violencia convertida en lágrimas...
Estoy contigo, y siento tu dolor,
y las puertas de la tarde se cierran egoistas
sobre las mil excusas que no sabré darte.
Tus ojos me conducen desde mi cobardía
hasta la última lucidez de tu silencio. Y te escucho,
estoy contigo para oir de tu boca
la condena que me persigue. Pero no hablas,
sólo me miras, y clavas tu ojos en esta culpa mía
que ni siquiera se atreve a levantar la mirada.
Es la hora sin fondo, sin forma, sin palabras;
la hora de mi duda, de mi dolor recién nacido
y de tu dolor antiguo. Lo vivías de forma oscura,
y ya ni siquiera es violencia. Es tu forma
última de repasar nuestra vida juntos
como el tiempo entregado a la nada,
al mañana será mejor, el tiempo redimido,
mi tiempo fuera de tí, lejos de tí. No me lo reprochas,
pero ya lo vivo como el tiempo sin fondo ni forma
aunque ahora esté aquí contigo.

Pepe García Resille
Tiempo de arrepentirse
Sevilla, a 13 de octubre de 2015

miércoles, 23 de septiembre de 2015

Sólo para el aire

Foto: Jesús Rubio (@picatostes)
Sólo para el aire, para la tibia caricia de la mañana,
es esta queja que no me atrevo a darte.
La dejaré aquí, sobre esta esquina de luz,
palpitante, como un corazón que quisiera arrancar el vuelo.
Llegará hasta ti rozando
apenas esa indiferencia que me dedicas cada dia.
Ésa es mi queja.
Un corazón que quiere volar
no puede elevarse entre la  rutina
y la frialdad que sustituye a tu abrazo.
Sólo para el aire, que no me atrevo a dártela,
sola vuela en silencio y te observa.
Pero no pretende herirte, no podría,
mi corazón no va a la guerra,
no sabe de luchas y rencores...
Pero yo lo envío contra tí, como un cuchillo,
como una llamarada de luz
para hacerte ver que tengo aquí esta queja.
Una queja que tú no oyes, no quieres oir,
porque es sólo para el aire,
para la caricia tibia de la mañana...
No me atrevo a dártela
aunque la frialdad de tu abrazo
corte el vuelo de este corazón tan limpio.


Pepe García Resille
De nuevo la esperanza
Sevilla, a 24 de septiembre de 2015

jueves, 17 de septiembre de 2015

Duermes a mi vera

Estás aquí, y eso ya justifica el mundo y sus miserias;
duermes a mi vera, y la primera luz de la mañana
apenas te toca, para que no abras los ojos
a este día que todavía no se ha definido...
No despiertes todavía, sigue durmiendo a mi lado,
con un beso te avisaré si merece la pena
salir al encuentro de otro día como el de ayer.
Aquí sonríes sin tú saberlo, porque duermes junto a mi;
te observo, recorro tu piel  lentamente,
mi mirada es un tacto que no te toca,
no altera la paz que respira tu pecho.
Te acaricio con la mirada, tan tiernamente
como si fueran mis manos, estas manos torpes
que aprendieron contigo a moverse sobre los sueños.
Tú las guiabas cuando salían a tu encuentro
y, torpes como eran, cometían todo tipo atropellos
sobre tu cuerpo. Pero aprendieron pronto,
y aquí están, temerosas de tocarte ,
impacientes por el abrazo,
inquietas ante la espera que impone tu sueño.
Estás aquí, y el mundo respira terco tras la ventana,
deseoso de llevarnos a la rutina de los días...
No despiertes, sigue durmiendo a mi vera,
más tarde un beso mio será la señal
para que despiertes y vengas a salvarme,
que necesito tu abrazo para seguir
soñando contigo, viéndote a mi lado
como esta mañana que no cambiaría
por toda la gloria del mundo.

Pepe García Resille
Tiempo de amar
Sevilla, 17 de septiembre de 2015

viernes, 21 de agosto de 2015

No has podido venir

CANTO XIII

No has podido venir: lo sabían los trenes,
los aeropuertos hasta la hora de embarque,
los autobuses nocturnos...También las carreteras
lo sabían: no había tormentas,
ni cortes de tráfico, y todos los caminos
conducía al hospital. NO llegaste.
Haciéndome más enfermo, aguardaba tu llegada
entre altos lamentos y quejas amargas.
“Está peor” -decían ellos.
“No mejora” -se lamentaban mientras leían pronósticos.
Yo, tumbado en la camilla, simulaba más muerto en vida,
y daba más pena al que me visitaba.

foto: ARG
“No ha venido a verme”, se escapó de mis labios
esta queja ante un coro de médicos y enfermeras.

“Te pondrás bien” -dijo una de ellas
que ya me había adivinado mi estrategia.
“Te pondrás bien ahora” -añadió
mientras invitaba a todos a dejar la sala.

¡Y llegaste tú!
Hoy mismo me dan el alta.

Pepe Garcia Resille
Diario del Hospital
Triana, 19 de agosto de 2015.

Es tu pasión

CANTO XII

Es tu pasión, siempre lo será,
pasión firme como esos labios que la proclaman.
Lo dice tu voz, el tono de esa voz;
son tus labios como espadas
los que afilan esta pasión que te posee.
Arrebatada, suelta ya de ti misma,
te arrojas sin contemplaciones
en este mar confuso que es mi carne.
Mar también cálido, que te acoge,
y te sumerge, te libera y te ahoga.
foto: ARG
Tú así lo quieres.
También yo lo deseo.
En el oleaje de tu cintura,
en la marea alta de tu pecho
están los misterios de este navegar primigenio.
Amar es esto.
Aunque naufraguemos.


Pepe Garcia Resille
Diario del Hospital
Triana, 18 de agosto de 2015

Todo estaba en su sitio

CANTO XI

Todo estaba en su sitio: la vida plana,
el sentir callado, el latir bajo mínimos...
...Y las emociones, ah la emociones
¡como si no existieran!
Dulce vida soterrada, administrada por los demás,
triste vida alimentándose de mis entrañas.
Todo en su sitio, ajustado a los cánones,
foto: ARG
previsto a mil años vista. El sentir callado,
el corazón mudo, los labios secos.
Pero no era eso lo que yo quería, no,
no era la luz que alumbraba mi despertar
                         -cada mañana;
no era ésa la culpa que me hundía en el sueño...
No, no , no era eso.
Yo no quería vivir así, no podía vivir así.
Yo quería despertar la pesadilla
-y no podía;
buscaba el beso limpio, el abrazo perfecto,
buscaba tu complicidad para no ser yo nunca más.


Pepe García Resille
Diario del Hospital
Triana, 18 de agosto de 2015.

En la espera incansable acaban

CANTO X

En la espera incansable acaban,
como en esta noche de agosto,
todas luces y esperanzas que habia puesto a tu paso.
Como disimuladas trampas tendía
pequeñas maldades y engaños
para que peligrara tu caminar
-y tus pasos te llevaran hasta mí.
Ligera, alta, tú no pisabas la tierra,
no era lugar para tí. Tú misma
me había corregido antes: “No me busques”
Mas ¿qué podía yo hacer?
foto: ARG
Un corazón atolondrado no piensa,
no puede aceptar semejante orden...
Te buscaba, claro que sí;
sabía de tí, te había construido con mi imaginación
y este sexo, que ahora te reclama,
-muere de angustia
-en la noche más triste.
“No me busques”, decías,
dejando caer muertas luces y esperanzas.
Te busco, claro que sí, ¿acaso
puedo dejar de respirar? ¿Podría
volver a verte y no morir?


Pepe García Resille
Diario del Hospital
Triana, 17 de agosto de 2015.

Cruzamos las alambradas

CANTO IX

Cruzamos la alambrada,
duros espinos rasgaban mis manos...El frio,
clavado en la carne y en el alma;
el miedo parecia volar sobre nuestras sombras.
La noche, tierna aliada, no podía
ocultar nuestros cuerpos bajo los focos del campo.
Algunos cayeron bajo el silbido aterrador del fuego.
Otros escapamos, cruzamos las alambradas.
Púas de acero, afiladas como el odio,
detenían nuestra marcha
como dientes feroces de la guerra.
Corríamos, corríamos como locos,
tropezando una y otra vez,
atrapados en aquel laberinto de alambradas.
foto: ARG
Ignorábamos que más allá
-había más espinos,
que el campo no acababa nunca...
¡Toda la tierra era ese campo!
Nos detuvimos al amanecer
ante la última torreta de vigilancia.
Gruesos guardias custodiaban la puerta-
“Ahi fuera está el mundo”,
gritó uno de ellos. “De ese campo -continuó-
no escapareís nunca”.


Pepe García Resille
Diario del Hospital
Triana, 17 de agosto de 2015.

Vienen por ahí, justamente...

CANTOVIII

Vienen por ahí, justamente. Despacio.
De lejos vienen. Cantan, ríen,
se devoran entre sí.
Justamente por ese camino de la memoria
avanzan en su coro magnífico el terror,
la venganza, el tiempo perdido,
tus recuerdos y los míos...Ya llegan.
Gloriosa jauría que grita y brama, que amenza...
Míralos, ya llegan, sin prisas,
con estruendo y ruido, provocando el vómito.
foto: ARG
Sí, ya llegan. Mientras yo, helado,
desafío sus miradas con más determinación en valor.
Se burlan de mi, son fuertes y lo saben.
Me escupen su aliento amarillo sobre la cara
y un olor podrido acompaña sus gritos.
Siniestra comparsa nacida en mis tripas,
en mis oidos, en cada rincón de mi cerebro.
Cada vez más numerosa,
me rodean un aquelarre primigenio.
Están todos: las brujas, los terrores infantiles,
los curas, también los dioses, y los amores perdidos
y las guerras que no hice...Ya están todos.
Sólo la luz puede salvarme
pero esta noche mis ojos se cierran
bajo el efecto oscuro y espeso de la anestesia.

Pepe García Resille
Diario del Hospital
Triana, 17 de agosto de 2015

Vigiliaba tu despertar

CANTO VII

Vigilaba tu despertar, al acecho,
con temor a romper el misterio
-que rodeaba tu sueño.
foto: ARG
Temblaban mis manos recorriendo tu cuerpo:
cualquier temblor te despertaría...
Verte dormir, dormir a mi lado,
confiada tú...Cuánta dulzura!
¡Cuánta confianza traían tus ojos cerrados!
Y yo era guardián de tanta dicha,
sólo yo custodiaba ese tesoro
ahora sumido en el sueño: tu pelo,
tu piel, tu poca ropa, tu sonrisa...
¡Todo me estaba confiado!
Como un animal dócil
te entregas al sueño, el mundo más real,
a las fantasías más peregrinas.
Y aquí estaré yo vigilando tu despertar,
al acecho, con temor
a romper el misterio que rodeaba tu sueño.


Pepe García Resille
Diario del Hospital
Triana, 17 de agosto de 2015.

Sobre esta voz que nadie oye

CANTO VI

foto: ARG
Sobre esta voz que ya nadie oye
vibra un tono menor, monocorde,
voz sin brillo que sólo repite tu nombre.
Repetido como un mantra, sin rechistar,
monótono suena ya tu nombre en mis labios.
Llegado a esto, es que ya no existes.
Antes era decir tu nombre y el mundo se detenia a oirlo;
el aire asustado y complacido para su vuelo
-para llevarlo más lejos.
Decía yo tu nombre y la tarde se hacía ascuas en el cielo
-para darle más brillo.
Lo repetía despacio, y el espacio unificado abría
un curso asintótico para llevarlo al otro confín del Universo.
Era un mantra calculado y exacto,
calibrado en sus matices,
un secreto que sólo yo sabía pronunciar
-como una forma de pensamiento;
como la sílaba sagrada, como el nombre del Eterno,
como el último nombre que nadie conoce...
Así salía de mis labios este nombre tuyo,
a la vez, tu ser y mi propia vida.
Pero ya no existes, porque no te nombras,
no dejas que mi boca lo repita
en el rito mágico de llamarte. No acudes
a mi voz, y llegado a esto es que ya no existes.
Tampoco yo acabo de recordarlo.

Pepe García Resille
Diario del Hospital
Triana, 17 de agosto de 2015.

miércoles, 5 de agosto de 2015

Tiene la tierra el mismo olor de mi cuerpo

Tiene la tierra el mismo olor de mi cuerpo,
lo he observado tumbado sobre la hierba
en esta tarde que no sabe de horas ni de ausencias.
El calor me descompone los sentidos
mientras el dolor me disuelve lentamente.
Es la voz del suelo, descanso último,
me hundo despacio en una oscuridad luminosa
que me abre los ojos al tiempo.
foto: pepe garcia resille (Sierra de las Nieves, Yunquera)
La voz oscura de la tierra me llama,
me invita al ritual más antiguo,
la disgregación de mi ser
al estado anterior a mi mismo.
Tiene la tierra el mismo olor de mi cuerpo,
huele como mis recuerdos de niño,
recuerdos que vienen a verme hoy que estoy vacío,
ahora que no quiero recordar y me duele
La tierra tiene paciencia, sabe que volveré a ella,
por eso no me apremia, nada me pide, sólo espera.
Mientras mi memoria se rinde al tiempo,
y el dolor va cavando la fosa, quiero dormir aquí
hasta que no despierte...
Será un largo sueño, la triste conquista de este dolor
que me destruye...amarga victoria.
Sobre estos huesos que se carcomen lentamente
crecerá tu recuerdo cuando vengas a verme.
Crecerán las flores sobre esta tierra que me acoge
y olerán como mi cuerpo, como hoy huele la tierra.
Es el aroma inconfundible de la nada.


Pepe garcia resille
Sevilla, 5 de agosto de 2015.
Tiempos amargos.

sábado, 1 de agosto de 2015

Has encendido la mañana

Has encendido la mañana,
te bastó con abrir los ojos y el mundo es ya una hoguera.
No venía el día decidido a contemplar
un amor como el nuestro: primario y oscuro.
No traía el día un beso prendido en la luz
para alimentar estos abrazos definitivamente asesinos.
Te has sentado sobre mí
y me has mirado a los ojos. Un frente de ondas
foto. ARG
tan intenso que mi corazón casi salta por los aires.
No eres un ángel, tampoco lo esperaba,
ni tú confías en mí. Me conoces bien.
Pero ahora, un hilo amargo dibuja tu sonrisa,
y tus labios ya no me besan. Ahora son espadas.
Tampoco yo te quiero, ni quiero ya tu carne,
ni tu deseo ni tu caricia...
Has encendido la mañana con un gesto,
con una mirada, este incendio viene de tu boca,
que ya no me habla ni me besa.
También mis labios te rehuyen,
evitan ahora lo que anoche parecía inagotable.
No queremos contarnos el asco que sentimos
y sonreimos tiernamente bajo el cansancio de tanta convivencia.
No pienso en tí ahora, ni tú pareces interesada
en este deseo mio que se alza en el aire
resumiendo todo lo que siento por tí...
Seamos elegantes. Salgamos ahora al mundo
como sólo tú y yo sabemos hacerlo: sonrientes,
cogidos del brazo, como si fuéramos felices,
como su fuéramos amantes.


Sevilla, 15 de septiembre de 2014

Mi corazón anda suelto

foto: JGR
Mi corazón anda suelto,
vaga por la calle con un platillo en la mano,
y la mirada puesta no sabe dónde...
Recoge monedas. No las pide.
Da pena verlo, ¡con lo grande que fue,
y cómo me lo encuentro ahora...!
Apenas habla, pero sonríe sin esfuerzo,
y camina, camina entre la gente,
seres extraños, extraviados como él.
Me está buscando. Lo sé porque yo mismo
persigo pasos rápidos en esta noche sin alma.
Lo sé porque mi pecho está vacío
y si no lo encuentro se llenará de la infamia
que deambula en las esquinas de la noche.
Me está buscando, lo sé,
y lo siento cerca porque puedo oir su latido,
su pulso firme aunque ya lento.
Nos hemos encontrado a la puerta del bar,
donde tantas veces se rindió al susurro dulce
y a las caricias fugaces.
Aquí mismo, en este naufragio de neón,
hemos sucumbido a la mirada esquiva,
al pulso de unos ojos vidriosos;
nos entregamos sin pausa a un dolor
que habíamos confundido con la carne y los besos.
Aquí estamos, me sonríe como quien vuelve derrotado,
pero yo le recuerdo que está en su casa,
en este pecho que tan poco caso le ha hecho hasta ahora.
No me lo reprocha, pero sé que le gustaría
vivir de otra manera, por eso se aleja de mi
de vez en cuando, para recuperar la cordura...
pepegarciaresille@gmail.com
En los tiempos de la esperanza
Sevilla, 31 de julio de 2014

miércoles, 29 de julio de 2015

Me despiertas de mis dudas

Me despiertas de mis dudas,
y salgo a pasear abrazando tu cintura,
como quien tiene al mundo en sus manos...
Más aún, el mundo no existe más allá
si este abrazo no se abre. Aquí está
el fin último, la luz primera,
la palabra exacta –que es la tuya.
Me despiertas de mis dudas
foto: JGR
con tu palabra en el aire de la mañana,
con la luz de tus ojos,
con el fin último de tu boca.
Voy al mundo de tu mano, lo sé.
Siempre de tu mano, yo
que no sé caminar solo,
que no articulo palabra en tu presencia,
que no veo otra luz sino esta que disipa mis dudas.
Tú, alta, hacedora del mundo,
dando sentido a mi tiempo, a mis dudas;
tú, siempre necesaria, adorada y temida;
tú me despiertas de mis dudas,
y me invitas al paseo mientras me ofreces tu cintura
para que no me precipite en mi nada cotidiana.
Tú cierras las puertas del dolor que me corroe
y me llevas de la mano (siempre de tu mano),
a ese lugar mágico donde guardas tus besos.
Allí me entrego sin preguntas, seguro ya
con el mundo entre mis brazos,
con la vida en tus ojos,
con mi vida en tus labios.
Dios te lo pague, compañera.

Pepe García Resille
tiempo de vals
Sevilla, 11 de abril de 2015

viernes, 17 de julio de 2015

Herido vuelvo

Yo que me fui a la guerra, herido vuelvo,
mucha ha sido la sangre derramada,
muchos los sueños que volaron por los aires
esparcidos como retales del alma.
Yo que me alisté combativo, herido vuelvo,
y traigo en mi herida el rencor
foto: ARG
y la angustia de cuanto he destruido...
Herido vuelvo, y vencido también.
Este inútil combate sólo abrió
aún más mi herida, y la dejó a la interperie,
a la vista de todos, una llaga donde cualquiera
mete los dedos y hurga hasta los huesos.
Yo que me fui a la guerra, herido vuelvo,
ridiendo armas y esperanzas,
recorriendo tanta destrucción, tanto dolor,
que prefiero sentarme aquí mismo
junto a este olvido anestesiado
que ojalá se vuelva eterno.

Pepe Garcia Resille
Anestesia
Sevilla, 17 de julio de 2015

Volvió ayer

Pero volvió ayer, venía de otro tiempo,
radiante, ataviada como la tarde.
Sonreía desde un compromiso antiguo
como un regalo siempre fresco y limpio,
y la recibieron mis brazos abiertos como la luz.
foto: ARG

Contaban los dias su rutina,
la tarde llegaba con un viejo deseo
entre la manos, éste que ahora te entrego.
Vive en mi desde siempre,
es parte de mi ser como lo es el aire
y llega a tu encuentro pleno de fuerza.
Aquí lo tienes, sé que no te va a gustar,
te lo entrego porque nace en mi corazón
y quiere vivir en el tuyo.

Su compromiso antiguo es ahora una atalaya
altísima como el pasado de donde viene
radiante, ataviada como esta tarde de otoño,
y mis brazos quieren recibirla abiertos como la luz.

“Cuenta tus dias, tus rutinas,
pero no subas aquí con tu viejo deseo;
un aire tan limpio lo haria imposible”.

Pepe Garcia Resille
Sevilla, 18 de marzo de 2015

domingo, 5 de julio de 2015

La Casa Amarilla

 Dedicado a Ianus Bröönco, amigo y hermano.
"Porque yo sentí que mi alma y la suya no era más que una en dos cuerpos" (San Agustín, Confesiones, libro IV- cap. 6)
"Qui duo corporibus mentibus unus erant" (Ovidio, Tristes, IV, 4, 72)


Habitado de luz, pero vacío, viajo
sosteniendo el aire que se antoja lleno de promesas.
Acudo a tu encuentro con los ojos encendidos
buscando una señal, la ruta
que tú habías trazado con la palabra exacta.
Foto. Ianus Bröönco
Recorro la memoria
que me habla con una ternura que duele,
y su mensaje me trae hasta tí,
al lugar por ti señalado en este mapa ciego
que guardo en el bolsillo. Todo está claro,
voy por buen camino. Con paso firme
me acerco al hogar perdido, donde un día habitó la palabra
y que ahora respira un silencio doloroso
que brota de la tierra.
Vacío, ligero como el aire de la mañana,
mi viaje se estremece cuando llega a su fin.

'Es aquí`, me dice el tiempo, 'ésta es la casa,
aquí vivieron los versos y las dudas,
aquí la lucidez soñaba con la eternidad cotidiana,
aquí escribía el soñador de sueños,
el hacedor de música mínima,
audible sólo con pentagrama de versos'.

No puede ser, ésta no es la Casa Amarilla,
que sólo dos ojos como ventanas me miran desde su ruina.
No, no es aquí, ¿dónde fueron sus inquilinos?
¿Por qué los muros sólo sostienen el aire
y el campo inunda su interior?
¿Por qué está en ruinas la Casa Amarilla?,
¿por qué este abandono?
Saco el mapa y compruebo que este lugar
es sólo un punto de partida...Y, habitado de luz,
me dispongo a otro viaje;
rendido a la esperanza, me despido
de la Casa Amarilla de Arlés.

Pepe García Resille
Caminar, caminar siempre
Sevilla, 5 de julio de 2015

miércoles, 1 de julio de 2015

Llega la luz, tuya

Puente de Triana (foto: Pepe Garcia Resille)
Llega la luz, tuya, luz primordial
abierta sobre esta herida de la memoria.
Mi tiempo se vuelve inocente
con el sólo roce de tu mirada, resignada ya,
extendida sobre la culpa que no acaba.
Vuelvo a la luz, al destino señalado
desde la cuna, contemplo ahora
el rostro viejo y cansado que tendré mañana.
Me ayudas tú, con tu dulzura,
a desafiar leyes no escritas o misterios
que mi piel enseña al mundo
y que a tientas me explican los sueños.
Llega tu luz, tuya sí, tuya, limpia como ninguna,
tan transparente que no cierra mis ojos
ni doblega este ansia de apoderarme de tí,
de tu luz, de tu corazón esquivo.
Mi tiempo se vuelve inocente
y le basta tu presencia, no pide más;
no quiere otra cosa que ser tu sombra.
Atrás quedaron las dudas atávicas,
el miedo que se alojaba en la sangre,
y aquella angustia que venía de la mano de tu ausencia.
Mi tiempo es nuevo, inocente, sí;
y lo es por ti, por el amor que me prometes
y no me entregas...
Llega tu luz junto con esta queja amarga
que la espera desde el fondo de mi alma.
Sobre ese fondo oscuro y perverso
te alzas tú, definitiva, alta,
segura desde tu deseo,
eterna desde mi sueño.

Pepe García Resille
Sevilla, 7 de mayo de 2015

domingo, 28 de junio de 2015

la sombra del mundo

La sombra del mundo tiene tu estatura,
nada puede superarte. Ni un palmo
por encima, ni un sueño siquiera...
Sólo mi deseo, mi ser contigo,
supera el horizonte. Allí,
donde tú habitas, donde el tiempo es obra tuya,
mi deseo es otra sombra que te persigue.
Nada recuerdas ya cuando, distraida,
me contemplas con desgana
como si todo el cansancio de la vida
anidara en tus ojos desde siempre.
Pero no es así, no era así,
no podía serlo. Al menos, no lo fue
mientras vivíamos en la tierra,
entre seres mortales como nosotros,
y sentíamos el pulso de la sangre rodando noche abajo...
Esta sombra que ahora te cobija
es también el silencio que me dedicas
cada vez que salgo a tu encuentro.
Nada parece tener tu estatura,
nada puede superarte. Nada por encima,
ni un sueño siquiera. Sólo mi deseo,
mi vivir contigo supera el horizonte.
Pero vives tan alta que ya no me distingues
entre tantos otros seres descarriados como yo.


Pepe García Resille
Sevilla, 28 de junio de 2015

jueves, 18 de junio de 2015

Aquí está mi destrucción

Aquí está mi destrucción, es un cálculo frio
y programado tejido desde el sueño,
desde la noche antigua hasta el amanecer oscuro.
Te traigo mi destrucción: una copa amarga
que no deberás beber, porque es el mismo cuerpo
que tanto amó tu voluntad de vivir,
tu compasión, tu ser conmigo. Debo hacerlo,
traigo mi desolación sin causa, sin límite,
aquí ves la soledad hecha carne,
el dolor anidando en los huesos...
Esta destrucción es obra mia tan solo,
nada te roza, nada te culpa. Solo yo
soy capaz de este suicidio calculado,
minucioso y cobarde.
Aquí está el final previsto,
porque después sólo quedará el olvido
aunque siga paseando por los parques,
y la gente me salude por la calle.
Yo, que tanto he vivido, preparo el fin último
antes de que lo último sea morir.
No podría sufrir tu mirada clemente
ni quiero esperar como el guardian a la aurora;
no puedo sin dignidad confiar al tiempo el remedio.
Te lo debía, supongo, siendo tú mi único sustento;
te lo temía y por eso lo pongo por escrito.
Debía hacerlo, traigo mi desolación
y sus demonios. Aquí está mis destrucción: un cálculo
equivocado pero correcto. Lo comprenderás,
estoy seguro.

Pepe García Resille
Tiempos difíciles
Sevilla, 18 de junio de 2015
"como el guardian espera a la aurora", salmo 120.

martes, 16 de junio de 2015

Vengo de mar, acabo de verlo

Vengo del mar, acabo de verlo;
Junto al mar, con los pies hundidos
En la arena, vino a verme la muerte
            vestida de espuma  y cielo.
Eran sus ojos.
Era su cuerpo de agua firme tendido en la playa.
Vengo del mar, de su orilla;
Regreso de su sueño, oleaje minucioso.
He visto el mar, amigo mío.
He visto el mar en unos ojos color de invierno
Acabo de verlos.


        Pepe Garcia Resille
        Poemas rescatados
        Sevilla, 16 de junio de 2015

Cómplices

Cómplices somos aunque no quiera
pero me obligan mis errores. Bastaron
dos silencios y un olvido, quizás;
me sentenciaron tus ojos,
y tus labios confirmaban
después el largo castigo que voy cumpliendo.
Un olvido se paga toda una vida,
dos silencios: la eternidad misma.
Y aquí me tienes, atado a ti,
cómplice sin fe, pero fiel a la pena impuesta.
Podría rebelarme, defender mi inocencia,
y poner distancias entre el frío veredicto
que me lees a diario
y este sueño mio largamente alimentado: vivir.
Pero somos cómplices aunque no quiero,
bastaron dos silencios y un olvido. Lo sé.
Me lo recuerdan tus manos en retirada,
las caricias que has tasado...
También tus labios juegan un equilibrio descarnado
entre el  mutismo hiriente y el  verbo envenenado.
¿Por qué sigo aquí?, me pregunto
mientras mi complicidad culpable
se burla de mi desconcierto.
¿Qué me une a ti, a tu venganza?
¿Por qué sigo este juego infamante?
¿Cuándo llegará tu clemencia?
Un olvido cuesta mucho tiempo;
dos silencios son la soledad completa.
Me hago preguntas vacías,
y procuro no responderme.
Toda respuesta sería una impostura.

Pepe García Resille
Mirando al futuro
Sevilla, 16 de junio de 2015

martes, 9 de junio de 2015

El veneno me quema la sangre y gano un dia más...

Dicen: 'mañana, será mañana'.
El mirlo canta en el patio, ajeno a mi tragedia
y yo le pongo migas de pan en el alféizar de la ventana.
Será mañana, se conjuran todos los demonios,
y me llevan, y me arrancan el alma que no tengo,
me traen un dolor imposible, no visto,
ni siquiera imaginado pero posible.
El mirlo canta de nuevo,
y el corazón no tiene ganas ni fuerzas,
mañana es demasiado lejos. Estoy leyendo
lineas de la mano izquierda
mientras la derecha pone un parche de morfina
sobre mi espalda. El dolor canta como el mirlo,
pero es un engaño: no tengo sitio
para más dolor, ni mi corazón sabe de tanto salvajismo.
'Mañana, será mañana' dicen
los que saben, las estadística, las horas de espera...
Pero mi corazón se ha ido,
lo ví volar con el mirlo en dirección al Sur.
Mañana, será mañana, cuando los sumos sacerdotes
oficien el ritual que sigue la línea de la mano izquierda.
De pronto, el mirlo ha dejado de cantar.
Ya no acompaña el lamento de este corazón
que hoy se entrega sin rencor a lo inevitable.
Mañana, será mañana, cuando los mirlos ya no canten
en el patio del hospital, entonces
este corazón asustado echará migas de pan
y cantará con los pájaros
mientras el veneno me queme la sangre
y gane un día más...


pepe garcia resille
mañana, será mañana
Sevilla, 9 de junio de 2015

jueves, 4 de junio de 2015

Volveremos invierno arriba

Volveremos, tú y yo, invierno arriba
Buscando promesas incompletas. O, tal vez,
Dejemos sobre la mesa un “hasta luego”
Que nos recordará siempre este sueño pendiente
            de volver a vernos.
Volveremos, Compañera,
Una mañana cualquiera tú y yo
A recoger ilusiones como labios
        tendidas sobre noches incalculables.
Serán muchos, seguramente,
Los días y, tal vez los años, que nos aguardan
A ti y a mí,
Para mostrarnos una tras otra vez la realidad plana y dura,
Los días de veinticuatro horas,
Los meses de tantos y tantos día. Mientras esto pasa,
Compañera, un dolor sordo nos llenará poco a poco
Este sueño común que ahora adivinados tan sólo.
     Se nos llenará de arrugas, de reproches,
Y yo dejaré de esperarte a la salida del trabajo;
Y tú olvidarás la talla de mis zapatos.
    Olvidaremos este día concreto,
    Y tanto olvido convertirá en rutina tu nombre y el mío.
Se nos helará la risa
Y olvidaremos, también, el tacto único de nuestros cuerpos;
Nos parecerá lejano, tal vez confuso,
Este momento, este ahora-mismo que vamos tejiendo
Entre caricias, abrazos y cansancio.
    Nos agotará, no el amor, sino el olvido;
    Nos quedaremos quietos, enmudecidos,
    Esperando un gesto, una voz, una llamada tal vez.
    ¿Quién nos llamará entonces, Compañera?
    ¿Qué mañana dejará su luz junto a tu sueño
    cuando yo me marche?
¿Qué  nuevo sueño dejarás junto a mi desayuno
el día que te vayas?
¿Hasta dónde llegaremos con este paso torpe y lento?

Pepe García Resille
Poemas rescatados

martes, 2 de junio de 2015

Si he de atarme

Si he de atarme, al menos
que sean tus manos las que me pongan grilletes;
sea tu boca la que cierre la mía a toda queja;
que tus labios cierren los míos,
que sean tus ojos la última luz que yo contemple.
Si he de atarme, no quiero
otra celda que tu abrazo,
ni espero más libertad que tu deseo...
Si no tengo más que este presidio,
prefiero cumplir en tu corazón mi condena;
sean tus labios mi horizonte,
y vengan tus manos cada noche
a soltar al preso y que duerma a pierna suelta.
Siendo así, condenado como estoy desde ayer mismo,
me sobra la libertad, no me preocupa estar preso...
Preso quedaré, detenido sobre tu piel,
arrestado únicamente por tu abrazo,
viviré si tú quieres atado de por vida
cumpliendo la condena que me impones
con sólo haberme mirado un instante:
         Tiempo suficiente para aceptar tu veredicto;
         reo de mi mismo,
preso entre tus manos, atado siempre
a último deseo que traduce tu sonrisa.
Aquí me tienes, atado a tu sombra,
dispuesto desde el tiempo a caminar
a tu vera como quien no tiene destino
ni futuro ni ganas de imaginarlo.
Sin otro fin que amarte.


Pepe Garcia Resille
Pepe está atontao...
Sevilla, 2 de junio de 2015

sábado, 30 de mayo de 2015

De pronto, estás aquí

De pronto, estás aquí como entonces.
Siento tu presencia quemando mis sueños,
y no consigo adelantar un sólo día
sin ese reproche. Eres un gesto mudo,
el beso pendiente, la caricia esquiva.
Habitas mi tiempo llenando de olvido
cada día que no vivo a tu lado.
Me descubres la cara oscura del tiempo
que no es más que deseo insatisfecho;
deseos talados a la raíz,
citas, nombre, encuentros escurridizos
que ahora vuelven como sangre envenenada.
Tú eres el tiempo que me ahoga,
el tiempo que me falta,
el tiempo que fatiga tanta espera.
Y una vez más me siento a tu sombra,
y espero el milagro, la magia que oficias
con seres perdidos que buscamos más luz.
Eres el tiempo solo, sin mas;
eres la magia cotidiana y sanadora
de pobres de espíritu como yo;
eres el tiempo que me ahoga,
el tiempo que ya me sobra,
el tiempo que no me hace falta...
Pero me falta tu magia,
me falta el milagro: tú entre mis brazos.


Pepe García Resille
Más madera
Sevilla, 30 de mayo de 2015

lunes, 25 de mayo de 2015

No parecía nada especial

No parecía nada especial

No parecía nada especial la tarde,
ni el aire tenía este aliento que hoy me estremece;
nada especial la ternura del aire, ni la primavera se atrevía
a resolver secretos de alcoba.

Tan poco especial, tan nada fuera de lo normal
que me inventé unos besos tuyos
y unas caricias, y también
algún susurro al oído que todavía conservo.

Veía la tarde tras la ventana, una cristalera inmensa
me regalaba el paisaje y la luz del campo.
Todos podíamos verlo,
atados como estábamos,
 estoicos y dignos en nuestra guerra.
   
Una guerra larga, una guerra civil de la carne contra la carne,
la sangre contra la conciencia; el dolor frente a todo lo demás.
La tarde hacía más llevadera la lucha, el dolor aflojaba
y mi alma respondía con una sonrisa mínima,
mientras miraba de reojo el gotero incansable.

    “Serán dos años” ,  pensaba,
y recomponía el ánimo con los recuerdos más dulces
y las luces más tiernas de la memoria.
Tú aparecías fugaz, y traías calma a un cuerpo en guerra,
este cuerpo mío que se devoraba con tanta violencia.

    “Serán dos años”,  pensaba ,
y luego, luego “será lo que deba ser”.



pepegarciaresille@gmail.com
Más maera

sábado, 23 de mayo de 2015

No era eso, no era eso...

Descansa ya la mañana sobre los restos de la noche,
amanezco desnudo entre las últimas pesadillas,
las horas se amontonan impacientes
a la espera de una ocupación nueva: Quizá sea
cerrar heridas viejas,
o plantar cara a un suicidio largamente anunciado...
Hay tiempo, tengo todo el día.
Lo que no tengo está sobre la mesa, escrito
con el estilo confuso de los médicos.
Confusa es también la voz de la carne,
el gemido largo de todo el ser
ante la rendición última. Doy pasos contados
despacio, firme, hacia este encuentro
marcado en todas las horas del día...
Sobre los restos de la noche levanto
la última voluntad que encuentro
y la entrego a los dioses vengativos
y al destino ciego que me guía.
Sobre la mañana, estoy
a la espera de la luz, del misterio,
quizás de una palabra tuya,
tal vez un recuerdo amable, cualquier
cosa vale para aplazar lo inevitable.
Un esfuerzo más, un paso más,
un día más...me lo apunto como una victoria,
pero vivir no es esto, no sumar días,
no volver mañana sobre los restos de la noche,
no es lamer heridas ni mendigar besos...
No era eso, no era eso.

Pepe García Resille
Un dia más
Sevilla, 22 de mayo de 2015
foto: Pepe, antes de...

viernes, 22 de mayo de 2015

Hablábamos tú y yo

Hablábamos de la vida,
del incansable ir y venir del mundo;
parecía que  estábamos muy altos,
muy lejos del mezquino discurrir de los días.
Nuestros problemas eran filosóficos, de gran nivel
y tenían que ver con dios, con el destino,
con la felicidad, tan furtiva; con el dolor, tan tenaz.

Hablábamos de la vida tú y yo,
parecía ya que éramos los únicos
a salvo del naufragio.
Todo lo demás estaba condenado
a desaparecer en cualquier momento;
la ciudad podía derrumbarse,
la Humanidad podría extinguirse de repente,
el mundo entero podría saltar en pedazos.

Allí seguíamos tú y yo,
impasibles, algo amargados, pero inalterables.
Hablábamos nosotros de la vida,
de la política de alta graduación,
de los vinos viejos y de las culturas antiguas.
Cuando todo estuvo hecho,
nos fuimos a comer.


Pepe García Resille
Poemas rescatados
Sevilla, 22 de mayo de 2015

miércoles, 20 de mayo de 2015

Yo quise

Yo quise recoger tu silencio
en mis manos, apretarlo contra mi voz;
quise descubrir lo que se adivinaba en tus ojos,
y todo fue en vano...
a pesar de eso, tú, compañera,
supiste dar a mi vida (una galería de rencores)
un poco de color, de alegría
y mucho de ti misma;
te dejaste parte de tu sonrisa
olvidada, a propósito, sobre mi vida
y no supe verlo.
Por eso
hoy, algo me duele en la raíz misma de la boca,
como si un trago amargo y lento
Foto de ARG: Playa de Tarifa
quisiera estrangularme...

Hoy, se me pierde la vida
como si un golpe exacto rompiera mi cabeza...

hoy, me siento llanto vencido,
como si todos me dieran la espalda...

Hoy, compañera, siento tu dolor conmigo
como si un veneno caliente me disolviera los huesos...

Hoy, comprendo en fin
que te hice el daño más incontable:
ignorar tu soledad.


Pepe García Resille
poemas rescatados
Sevilla, 20 de mayo de 2015