jueves, 25 de febrero de 2016

El canto de los mirlos

Es la lucha diaria, tu lucha
para amanecer tendido bajo el canto temprano de los mirlos;
cada día, cada levantar la mirada
después de que el dolor te cierra los ojos,,,
Esa es tu pasión única, el gesto privilegiado
que tiende su mano para levantarte de nuevo.
Es tu lucha, te lo dicen y te lo repiten,
como un coro cerrado que siempre te canta
la misma canción que ya no quieres ni oir siquiera.
Pero ya es tarde,
ya los mirlos también son culpables
y te repiten, insistentes,
una letanía incansable y moribunda.
Tú morirás un día cualquiera
oyendo este canto triste de los pájaros
que un día cantaron contigo
el aire limpio y alto del amor,
y de la vida …


Pepe García Resille
Los mirlos cantan conmigo
Hospital, 24 de febrero de 2016

martes, 29 de diciembre de 2015

El ángel de la muerte




El ángel cruzó la pared en la madrugada alta,
en una mano traía mi corazón
y en la otra el peso de una pluma.
Sonreí al verle, y cuando oprimió mi corazón
contemplé mi vida como una luz dorada
que iluminaba la habitación.

Palpitante, pero ya seco, quedó
sobre su mano abierta.
Fuí hacia él y le entregué la pluma de la verdad:
la conciencia limpia de quien ha vivido
de acuerdo con su corazón.
Mientras tanto, mi corazón se había convertido
en polvo dorado,
brillante y ligero. El ángel sonreía.
Sopesó tranquilamente los restos de mi corazón
y aquella verdad, ligera como una pluma,
que acababa de darle.

“Eres afortunado” , sentenció el ángel,
“la verdad ha prevalecido”.
En ese instante, el médico entró en la habitación
desvaneciendo mi último sueño.
Por la ventana el aire fresco de la madrugada
movía una presencia, ligera, no contaminada,
sonriéndome mientras se elevaba al cielo
con mi último sueño.

Pepe García Resille
El ángel de la muerte
Sueños hospitalarios, Sevilla, 25 de septiembre de 2015.


martes, 3 de noviembre de 2015

No vuelvas

Un presagio, un latido oscuro,
detiene este deseo que me llevaría a tí.
Al calor de la noche, entre los últimos lamentos de la conciencia,
ha nacido este deseo que me consume de volver a verte.
Tú lo sabes, lo sabes desde el tiempo,
conoces mi corazón agitado y sombrío,
sabes de su experiencia amarga,
de su extravío entre las luces más oscuras...
Lo sabes, también yo comprendo tu distancia,
pero esta urgencia que me ha nacido hoy
no entiende de fechas ni naufragios.
Quiero verte, volver a verte,
necesito vencer la resistencia que me castiga
para que prestes oído a este corazón descontrolado.
Agitado, sombrío,
perdido entre promesas buscadas y no cumplidas,
así he salido en tu busca
con este presagio que me persigue.
Es un latido oscuro que paraliza el deseo,
y aún así quiero verte, volver a verte.
Pero un presagio me cierra el camino,
es tu voz diciendome no vuelvas,
no vuelvas, no vuelvas...

Pepe García Resille
Tiempos oscuros
Sevilla, a 3 de noviembre de 2015

martes, 13 de octubre de 2015

La hora sin fondo ni forma

Es la hora sin fondo ni forma, pero estoy contigo,
la hora de tu duda, del dolor incansable.
Pero estoy aquí, mis manos sujetan la piel
de tanto sueño vencido. Son tuyos,
como tu dolor, como la rabia que asomando a tus ojos
me interroga sin tregua ni cordura.
Sin fondo, no hay más que verte
para sentir en el alma el vacío anterior,
la nada perfecta que te habita desde el tiempo.
Ni forma, ahora tus manos aprietan las mias
y se preguntan por esta ausencia de siglos.
foto: JGR
Mía, sí, ausencia incansable y ahora culpable.
Lo sabes, lo vivías de forma oscura,
pero ya es violencia convertida en lágrimas...
Estoy contigo, y siento tu dolor,
y las puertas de la tarde se cierran egoistas
sobre las mil excusas que no sabré darte.
Tus ojos me conducen desde mi cobardía
hasta la última lucidez de tu silencio. Y te escucho,
estoy contigo para oir de tu boca
la condena que me persigue. Pero no hablas,
sólo me miras, y clavas tu ojos en esta culpa mía
que ni siquiera se atreve a levantar la mirada.
Es la hora sin fondo, sin forma, sin palabras;
la hora de mi duda, de mi dolor recién nacido
y de tu dolor antiguo. Lo vivías de forma oscura,
y ya ni siquiera es violencia. Es tu forma
última de repasar nuestra vida juntos
como el tiempo entregado a la nada,
al mañana será mejor, el tiempo redimido,
mi tiempo fuera de tí, lejos de tí. No me lo reprochas,
pero ya lo vivo como el tiempo sin fondo ni forma
aunque ahora esté aquí contigo.

Pepe García Resille
Tiempo de arrepentirse
Sevilla, a 13 de octubre de 2015

miércoles, 23 de septiembre de 2015

Sólo para el aire

Foto: Jesús Rubio (@picatostes)
Sólo para el aire, para la tibia caricia de la mañana,
es esta queja que no me atrevo a darte.
La dejaré aquí, sobre esta esquina de luz,
palpitante, como un corazón que quisiera arrancar el vuelo.
Llegará hasta ti rozando
apenas esa indiferencia que me dedicas cada dia.
Ésa es mi queja.
Un corazón que quiere volar
no puede elevarse entre la  rutina
y la frialdad que sustituye a tu abrazo.
Sólo para el aire, que no me atrevo a dártela,
sola vuela en silencio y te observa.
Pero no pretende herirte, no podría,
mi corazón no va a la guerra,
no sabe de luchas y rencores...
Pero yo lo envío contra tí, como un cuchillo,
como una llamarada de luz
para hacerte ver que tengo aquí esta queja.
Una queja que tú no oyes, no quieres oir,
porque es sólo para el aire,
para la caricia tibia de la mañana...
No me atrevo a dártela
aunque la frialdad de tu abrazo
corte el vuelo de este corazón tan limpio.


Pepe García Resille
De nuevo la esperanza
Sevilla, a 24 de septiembre de 2015

jueves, 17 de septiembre de 2015

Duermes a mi vera

Estás aquí, y eso ya justifica el mundo y sus miserias;
duermes a mi vera, y la primera luz de la mañana
apenas te toca, para que no abras los ojos
a este día que todavía no se ha definido...
No despiertes todavía, sigue durmiendo a mi lado,
con un beso te avisaré si merece la pena
salir al encuentro de otro día como el de ayer.
Aquí sonríes sin tú saberlo, porque duermes junto a mi;
te observo, recorro tu piel  lentamente,
mi mirada es un tacto que no te toca,
no altera la paz que respira tu pecho.
Te acaricio con la mirada, tan tiernamente
como si fueran mis manos, estas manos torpes
que aprendieron contigo a moverse sobre los sueños.
Tú las guiabas cuando salían a tu encuentro
y, torpes como eran, cometían todo tipo atropellos
sobre tu cuerpo. Pero aprendieron pronto,
y aquí están, temerosas de tocarte ,
impacientes por el abrazo,
inquietas ante la espera que impone tu sueño.
Estás aquí, y el mundo respira terco tras la ventana,
deseoso de llevarnos a la rutina de los días...
No despiertes, sigue durmiendo a mi vera,
más tarde un beso mio será la señal
para que despiertes y vengas a salvarme,
que necesito tu abrazo para seguir
soñando contigo, viéndote a mi lado
como esta mañana que no cambiaría
por toda la gloria del mundo.

Pepe García Resille
Tiempo de amar
Sevilla, 17 de septiembre de 2015

viernes, 21 de agosto de 2015

No has podido venir

CANTO XIII

No has podido venir: lo sabían los trenes,
los aeropuertos hasta la hora de embarque,
los autobuses nocturnos...También las carreteras
lo sabían: no había tormentas,
ni cortes de tráfico, y todos los caminos
conducía al hospital. NO llegaste.
Haciéndome más enfermo, aguardaba tu llegada
entre altos lamentos y quejas amargas.
“Está peor” -decían ellos.
“No mejora” -se lamentaban mientras leían pronósticos.
Yo, tumbado en la camilla, simulaba más muerto en vida,
y daba más pena al que me visitaba.

foto: ARG
“No ha venido a verme”, se escapó de mis labios
esta queja ante un coro de médicos y enfermeras.

“Te pondrás bien” -dijo una de ellas
que ya me había adivinado mi estrategia.
“Te pondrás bien ahora” -añadió
mientras invitaba a todos a dejar la sala.

¡Y llegaste tú!
Hoy mismo me dan el alta.

Pepe Garcia Resille
Diario del Hospital
Triana, 19 de agosto de 2015.